¿Cómo identificar el Trastorno Negativista Desafiante?

La rebeldía es un síntoma de procesos de reafirmación de identidad, madurez e independencia, lo que significa un desarrollo sano en niños y niñas pero cuando se vuelven extremas hay que poner atención ya que podría tratarse de el Trastorno Negativista Desafiante

A lo largo del desarrollo del niño, es normal que en determinadas etapas muestre cierto grado de rebeldía y conductas desafiantes y de oposición. Son comportamientos normales, inherente al proceso evolutivo y necesarios para la construcción de su identidad, madurez e independencia y el consiguiente desarrollo sano.

Pero cuando esta actitud rebelde y las conductas que la acompañan se vuelven extremas, intensas y persistentes podemos estar ante un problema más complicado el Trastorno Negativista Desafiante.

Es importante conocer y diagnosticar este trastorno para poder desarrollar las estrategias pertinentes que nos permitan manejar la rebeldía del niño o adolescente.

El DSM-IV-TR (manual diagnóstico y estadístico) (APA, 2.000), define el Trastorno desafiante por oposición (TDO) como “un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad que se mantiene por lo menos durante seis meses.”

Es un tipo de trastorno del comportamiento que debe ser tratado antes de que desencadene en problemas más graves como un trastorno disocial.

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Características del Diagnóstico del Trastorno Negativista Desafiante

El manual diagnóstico y estadístico de la American PsychiatricAssociation, el DSM-I-TR, establece los siguientes criterios para el diagnóstico del Trastorno Negativista Desafiante:

Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que dura por lo menos seis meses y en el que están presentes cuatro o más de los siguientes comportamientos:

  • Se encoleriza e irrumpe en pataletas
  • Discute con adultos
  • Desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus demandas
  • Molesta deliberadamente a otras personas
  • Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
  • Es susceptible o fácilmente molestado por otros
  • Colérico y resentido
  • Rencoroso y vengativo.
  • Deterioro clínicamente significativo en la actividad social, académica o laboral.
  • Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico o de un trastorno del estado del ánimo.
  • No se cumplen los criterios de trastorno disocial y, si el sujeto tiene 18 años o más, tampoco lo del trastorno antisocial de la personalidad.

Causas del Trastorno Negativista Desafiante

El trastorno negativista desafiante no tiene una causa clara y específica. Se estima que son múltiples las causas cuya concurrencia predisponen a padecer el trastorno. Se considera que puede originarse a raíz de la combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.

Determinadas circunstancias pueden predisponer a padecer el trastorno, como ambiente de exclusión social, aprendizaje de actitudes hostiles, falta de autoridad y disciplina en la educación, utilización de refuerzos negativos, etc. Es habitual encontrar el trastorno en niños con TDA.

10 Pautas para tratar el trastorno disocial

  1. Acude a un especialista que haga un diagnóstico claro y establezca las bases del tratamiento según las características y necesidades del niño.
  2. Establece una lista de normas y reglas que debe cumplir. Es importante que estas reglas sean establecidas en consenso y comprendidas y aceptadas por el niño. Así como establecidas antes de aplicarlas. Una buena opción es anotar las reglas donde pueda verlas y recordárselas de vez en cuando.
  3. Define una lista de conductas adecuadas. Igualmente lo haremos en consenso y comprobando que el niño comprende las conductas adecuadas.
  4. Refuerza las conductas adecuadas de manera positiva.
  5. Aplica consecuencias a las conductas no deseadas, no es lo mismo que castigar. Pero si no cumple con lo acordado, tampoco obtendrá los beneficios y tendrá que responsabilizarse del posible daño que haya causado.
  6. Prueba a emplear técnicas como la economía de fichas, los pactos y contratos conductuales, etc.
  7. Mantén la calma, y aplica la empatía, no te tomes como algo personal sus desafíos, o ataques de rebeldía, no te culpes por ello tampoco. Entiende que son parte de una respuesta aprendida.
  8. Evita entrar en una lucha de poder, en lugar intenta ofrecerle opciones al niño, y comunícate con él de manera asertiva (sin atacarle).
  9. Desarrolla su inteligencia emocional y enséñale a sacar la agresividad y emociones negativas de un modo más constructivo.
  10. Sirve de ejemplo y responde con respeto y educación.

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