Lucha de poder: ¿Quién tiene la victoria?

DISCIPLINA POSITIVA / DISCIPLINA MONTESSORI. No controlar nuestras emociones, palabras hirientes y castigos como solución dan cabida a las luchas de poder con nuestros hijos.

“¡Aquí quien manda soy yo!”
“¡Te he dicho que lo hagas!”
“¡Obedece!!”
“¡Vete a la cama ahora mismo!”
“¡Silencio!”
“¡Hazlo ahora!”

Para que exista una lucha de poder, Jane Nelsen nos dice que necesitamos dos personas como mínimo y definitivamente estas frases invitan a que se origine una lucha de poder interminable.

Cuántas veces, con el fin que nuestros hijos obedezcan, o por miedo a perder la autoridad frente a ellos hemos caído en esta lucha. Cuando ocurre, tanto los hijos como los padres tienen la “sensación” de estar realizando un esfuerzo inútil, sienten que está perdiendo el control (de hecho, lo están haciendo) pero cada uno se niega a abandonar “la lucha” porque no quiere perder, pero el resultado es que, de algún modo, ninguno TIENE LA VICTORIA, perdemos la paciencia, luego nos sentimos culpables y terminamos castigando y ya sabemos cuál es la consecuencia del castigo en nuestros hijos.

►CÓMO EVITAR LAS LUCHAS DE PODER

No controlar nuestras emociones, palabras hirientes y castigos como solución dan cabida a las luchas de poder con nuestros hijos.

El comportamiento de los niños está dirigido a metas, pero el camino que toman no necesariamente es el más correcto, en este sentido, cuando entremos en una lucha de poder, busquemos la meta de nuestros hijos y tratemos de enseñarles un camino más adecuado donde ambas partes salgan ganando. Para evitarlas, podríamos intentar:

1. En vez de dar órdenes, haz preguntas que inviten a la reflexión, Jane Nelsen llama a esto “preguntas curiosas” (¿qué piensas respecto a…? ¿qué sientes…?, ¿qué has decidido…?). Entonces, en vez de decir, ordena tu cuarto, tal vez podríamos decir, ¿qué puedes hacer para que tu cuarto se vea limpio y ordenado?

2. Habla menos y actúa más. Acércate a tu hijo y muéstrale lo que tiene que hacer, en vez de decir “1000 veces los mismo” desde lejos, esperando que “obedezca” rápidamente.

3. Crea rutinas y luego recuérdale qué es lo que habían acordado. Ejem. Tu hijo se levanta de la mesa al terminar de comer y va directo a jugar, entonces le podemos recordar “¿qué es lo que tenemos que hacer después de cenar?”

4. Jane Nelsen nos recomienda además tener un POSITIVO TIEMPO FUERA para calmarnos -nosotros- y actuar pensando en lo que vamos a hacer y decir, evitando las luchas de poder.

5. Dale opciones limitadas, esto les dará la sensación de que no tienen que obedecer todo a rajatabla y que tienen la opción de elegir.

6. Practica el autocontrol. Cuando entramos en la lucha de poder queremos CONTROLAR todo, pero cuanto más controladores queremos ser, más DESCONTROLADOS nos volvemos. A la primera persona que tenemos que controlar es a nosotros mismos.

7. Usa el humor. A veces es la mejor solución en momentos de crisis y sirve además para detener la lucha de poder.

8. Ponerse de acuerdo. Ambos padres tienen que manejar el mismo estilo de crianza para no crear confusión en los hijos que inviten a buscar “al más bueno”. Recuerda que tanto el estilo permisivo como el autoritario invita a la lucha de poder, opte por una disciplina positiva.

9. Involucra a tus hijos en la solución de problemas. Esto hace que los chicos tengan un sentido de pertenencia, estén motivados a asumir sus responsabilidades y estén menos propensos a desobedecer.

10. Se consistente y congruente con lo que DICES y HACES.

11. Expresa lo que sientes dando mensajes YO, evitando culpabilizar al otro por lo que pasa en ti internamente “Estoy súper cansada, colaboren con esto para poder descansar¨, esto suena mejor y se acepta mejor en vez de “Me están haciendo enojar, obedezcan de una vez, o si no…”

12. Se FIRME Y AMABLE al mismo tiempo. Que tu expresión y tono de voz indiquen el respeto por tu hijo. Un niño que se trata de forma respetuosa es más colaborador.

13. No te olvides de DAR SIEMPRE TU MENSAJE DE AMOR. A veces estamos tan metidos en la lucha de poder que nos olvidamos de recordar a nuestros hijos cuánto los amamos.

14. En vez de buscar culpables ENFÓCATE EN LAS SOLUCIONES.

La Disciplina Positiva nos enseña que las luchas de poder “crean distancia y hostilidad en lugar de cercanía y confianza. La distancia y la hostilidad crean resentimiento, resistencia y rebeldía (conformismo con baja autoestima). En cambio, la cercanía y la confianza crean un ambiente seguro y de confianza donde no hay temor, ni culpa, vergüenza o dolor”

Texto: Gina Graham, Psicóloga – Psicoterapeuta de niños y adolescentes. Certified Positive Discipline Trainer
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“Nunca he visto a un niño con aires de poder sin un adulto con aires de poder cerca de él”
Jane Nelsen
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Fuente: http://www.crianzapositiva.org/single-post/2016/03/23/Luchas-de-poder-¿Quién-tiene-la-victoria

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