La crianza y los periodos sensibles Montessori en niños entre 1 y 3 años.

Estar informados de qué podemos esperar durante la crianza de niños entre 1 y 3 años, respecto a su desarrollo, el cómo está funcionando su mente y sus emociones, nos ayuda a empatizar y conectar mejor con ellos.

La crianza de niños entre 1 y 3 años es todo un desafío tanto para padres primerizos como los ya experimentados. Es un periodo de subidas y bajadas, cambio tras cambio y sobre todo un montón de experiencias llenas de amor, ternura y diversión.

En la filosofía Montessori se habla sobre los periodos sensibles, ventanas donde el aprendizaje puede desarrollarse de una mejor manera, pero no tienen un momento exacto y no deben ser tomadas como una meta a cumplir. Los periodos sensibles nos ayudan a nosotros como guías a poder identificar, a través de la observación, en qué momento dentro de una etapa nuestros hijos muestran su interés nato por desarrollar una habilidad importante para su interacción con su entorno.

De los 0 a 3 años, estas ventanas de aprendizaje están vinculados principalmente con el movimiento, el conocimiento de sí mismos y su entorno, y el desarrollo de la comunicación.

Hasta los 3 años, sus neuronas no solamente se van multiplicando como en ningún otro momento de la vida. También se van conectando entre sí formando una densa red por donde pasan los impulsos nerviosos. Su mente es prodigiosa, ya que tiene la capacidad de vivir alegremente a la vez que aprende una lengua con sus complicaciones gramaticales. Es decir, todo conocimiento entra en su cabeza por el simple hecho de vivir.

Lo que María Montessori llamaba “la mente absorbente”: el pequeño aprende todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la conciencia, atravesando un camino en lo que todo es alegría y amor.

crianza con los principios Montessori
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¿Qué podemos esperar de los niños entre 1 y 3 años?

  • Que haya un marcado egocentrismo, que no es negativo. Es necesario para que estructuren el significado del “yo” y para que reconozcan su entorno a través de sí mismos. Es por ello que tienen una mayor comprensión natural por aquello que saben que les pertenece, lo que es “suyo” en comparación la aceptación de lo que pertenece a los demás (una diferenciación especialmente desafiante para ellos cuando se contrapone con el intenso sentimiento de deseo).
  • Un desarrollo social y emocional del pequeño lleno de contradicciones.
    • Que sus emociones se desbordan constantemente, las llamadas “rabietas” no son más que el proceso de autocontrol y gestión emocional que requieren nuestra guía y acompañamiento. Es el mejor momento para brindarle herramientas de calidad que ayuden a gestionar sus emociones de la mejor manera acorde a su edad.

      Dichos desbordes son la expresión de una necesidad no satisfecha que crea un estado de tensión. Cuando somos capaces de identificar, comprender y satisfacer estas reacciones, regresa la calma. Respetar los períodos sensitivos del niño resulta, por tanto, fundamental.
    • Que oscilen entre la sociabilidad y el apego. Habrá días que sea emocionante interactuar con otras personas y días en que solo querrán permanecer cerca de tu regazo.

«Para ser un adulto independiente y seguro, debió de ser un bebé dependiente, apegado, sostenido, en pocas palabras AMADO»

Sue Gerhardt
  • Que sean repetitivos, tanto en lenguaje como en las actividades: la práctica hace al maestro. También puedes esperar regresiones en el comportamiento, situaciones que ya creías superadas vuelven (sobre todo entre los dos años y medio y tres).
  • Que necesite una enorme cantidad de actividad física, ya que el desarrollo de sus músculos gruesos y finos es exponencial. No son inquietos, ¡Su cuerpo necesita y pide movimiento!

¿Cuáles son los periodos sensitivos del año a los tres años?

Este concepto fue desarrollado por la prestigiosa pedagoga italiana María Montessori, que recurrió a la Biología –y en concreto– al análisis del comportamiento de algunos insectos. Al observar el crecimiento de las orugas, Montessori observó que estas presentaban una sensibilidad especial hacia la luz del sol, lo que les obligaba a alimentarse exclusivamente de brotes verdes. Transcurrido este período, las orugas perdían esa sensibilidad y comenzaban a alimentarse de manera diferente.

“Un niño aprende las cosas en los periodos sensitivos, que se podrían parangonar a un faro encendido que ilumina interiormente, o bien a un estado eléctrico que da lugar a fenómenos activos. Esta sensibilidad permite al niño ponerse en contacto con el mundo exterior de un modo excepcionalmente intenso. Y entonces todo le resulta fácil, todo es entusiasmo y vida. Cada esfuerzo representa un aumento de poder. Cuando, en el periodo sensitivo, ya ha adquirido unos conocimientos, sobreviene el torpor de la indiferencia, la fatiga.”

María Montessori. <El niño. El secreto de la Infancia>

El ejemplo que mejor ayuda a comprender la magnitud de los periodos sensitivos es la adquisición del lenguaje. Los niños manifiestan un gran interés, desde muy pequeñitos, por observar la boca de la persona que les habla, y más adelante, por conocer palabras, repetir el mismo cuento o tararear la misma canción… Transcurridos los dos primeros años de absorción, en los que podríamos decir que casi han permanecido en silencio, son capaces de comunicarse reproduciendo con exactitud tanto los sonidos como la gramática y la sintaxis del idioma que han escuchado. Pero si el niño no ha podido actuar de acuerdo a su periodo sensitivo, se habrá perdido la ocasión de una conquista natural.

Tabla de Periodos sensibles en niños entre 1 y 3 años y hasta 6 años según el método Montessori
Tabla de periodos sensibles tomada de: Metodomontessori.org

¿Cómo podemos acompañar los periodos sensibles de nuestros niños entre 1 y 3 años?

A través de una actitud de apertura, respeto, empatía y aceptación.

Debemos partir de la premisa de que cada uno de nosotros es único. Así entenderemos, que incluso entre hermanos, los niños no tendrán los mismos gustos ni intereses, tampoco las mismas reacciones a los estímulos del ambiente; y es que cada ser humano percibe de manera diferente la luz, los sonidos, los olores, el calor, el frío, el contacto físico…

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Te dejo algunas pistas que te ayudarán a detectar periodos sensibles según Montessori:

  • El niño tiene minutos de concentración espontánea con esa actividad
  • El niño repite sin motivo aparente esa actividad
  • Durante días consecutivos se interesa por ese aspecto, se detiene en él
  • Encuentra ese aspecto en lugares o momentos que no se te habrían ocurrido (por ejemplo; Ordena una habitación fuera de su casa)

La observación y la intuición te ayudarán a detectar esas preciadas ventanitas de oportunidad y una vez ahí fluir en ellas, es una conquista gradual en la que la tarea del adulto a cargo del cuidado del pequeño es la de guiar su adquisición progresiva, recordando siempre que es su proceso personal. Debido a creencias desactualizadas podemos pensar que entre más ayuda les proporcionemos o incluso el hacer las cosas por ellos les dará una mejor oportunidad en el futuro, pero nada es más lejano a la realidad, entre mayor sea nuestra interferencia más se entorpecerá su progreso.

El niño, a través del juego, logrará una independencia física y comunicativa, para más adelante conquistar la independencia del pensamiento, la voluntad y la moral. El juego es y será el principal canal para el aprendizaje, el crecimiento y el conocimiento.

Recuerda que en el Colegio Millaray Montessori todos somos un equipo. Si tienes un hijo entre 1 y 3 años y te gustaría recibir más asesoría y acompañamiento para detectar los periodos sensibles que están latentes en tu pequeño, no dudes en acercarte a tu guía Montessori.

Para más información:
+52 (322) 225-99-70
[email protected]